4. TRASTORNO POR ATRACÓN:
Normalmente realizamos algún que otro atracón a lo largo de nuestra vida, (en bodas, banquetes, reuniones, navidades, cumpleaños, comidas de empresa, etc., donde ingerimos más cantidad de alimentos de lo habitual) sin embargo, esta conducta se transforma en un Trastorno de la Alimentación cuando se da una pérdida de control y cuando ocurre periódicamente.
El Binge Eating o Trastorno por Atracón es un Trastorno de la Alimentación que se caracteriza por atracones recurrentes en los que no existe conducta compensatoria inapropiada típica de la Bulimia Nerviosa (por ejemplo: autoinducción del vómito, abuso de laxantes u otros fármacos, ayuno y ejercicio físico excesivo).
Para que podamos realizar un correcto diagnóstico del trastorno por atracón deben darse los siguientes criterios (según la clasificación internacional DSM IV):
• Episodios recurrentes de atracones.
Un episodio de atracón se caracteriza por las dos condiciones siguientes:
1. Ingesta, en un corto período de tiempo, de una cantidad de comida definitivamente superior a la que la mayoría de las personas podría consumir en el mismo tiempo y bajo circunstancias similares.
2. Sensación de pérdida del control sobre la ingesta durante el episodio (por ejemplo: sensación de que uno no puede parar de comer o controlar qué o cuánto está comiendo).
• Los episodios de atracón se asocian a tres o más de los siguientes síntomas:
- Ingesta mucho más rápida de lo normal.
- Comer hasta sentirse desagradablemente lleno.
- Ingesta de grandes cantidades de comida a pesar de no tener hambre.
- Comer a solas para esconder su voracidad.
- Sentirse a disgusto con uno mismo, depresión, o gran culpabilidad después del atracón.
- Profundo malestar al recordar el atracón.
- Los atracones tienen lugar al menos dos días a la semana durante seis meses.
- El atracón no se asocia a estrategias compensatorias inadecuadas (por ejemplo: purgas, ayuno, ejercicio físico excesivo) y no aparecen exclusivamente en el transcurso de una Anorexia Nerviosa o una Bulimia Nerviosa.
Después del atracón llega el sentimiento de culpa, vergüenza, depresión y falta de control. Y aquí se origina un círculo vicioso. Hay ansiedad, luego se presentan los atracones; sigue la culpa y la vergüenza, lo que genera más ansiedad y frustración, y el atracón vuelve a presentarse.
Muchas personas comentan que comen más o que comen demasiado cuando tienen problemas psicológicos, por ejemplo: cuando se sienten solas, tristes o estresadas.
Algunas personas manifiestan que su trastorno por atracón está desencadenado por estados de ánimo disfóricos, como depresión o ansiedad. Otros sujetos no se ven capaces de identificar desencadenantes concretos, pero sí pueden manifestar una sensación inespecífica de tensión, que el atracón consigue aliviar. Otro grupo de personas otorga una cualidad disociativa al atracón que experimenta como una sensación de embotamiento o de estar drogado. Pero también hay muchos individuos que pasan todo el día comiendo sin horarios ni desencadenantes definidos.
Frecuentemente, las personas con este trastorno utilizan el atracón como una forma de huir de sus emociones, para llenar un vacío interno o para evadir el estrés, la angustia y el dolor.
También hay casos en que el trastorno por atracón se intenta inconscientemente poner una separación entre la persona afectada misma y los demás («como soy gordo/a, no les gusto a los demás y nadie se me acercará»). Sin embargo, al mismo tiempo suelen ser personas necesitadas de cariño y, como en el caso de la bulimia nerviosa, el atracón puede ser utilizado como un «autocastigo» por no estar satisfechas consigo mismas.