LOS MITOS DEL ALCOHOL:
El alcohol da fuerzas y sirve para el trabajo físico:
El músculo no utiliza nunca el alcohol para su trabajo. Lo que hace creer que da fuerzas es una sensación subjetiva: por su acción sobre el sistema nervioso impide al bebedor sentir de momento la fatiga, pero ésta reaparece. Además de no proporcionar energía útil para el trabajo muscular, reduce la capacidad para el esfuerzo intenso o sostenido: por la congestión vascular que provoca, el enlentecimiento de los reflejos y la fatiga acumulada y no sentida.
El alcohol sirve para combatir el frio:
La lucha contra el frío, necesita de un aumento en la quema de calorías. Las calorías que produce el alcohol no son suficientes para combatir el frío. Por otra parte, existe un inconveniente añadido y es que, la persona que ha bebido alcohol tiene una vasodilatación periférica aumentada; es decir, los vasos sanguíneos de la piel y de las mucosas están dilatados (es frecuente ver un enrojecimiento en la piel de la persona que ha bebido). Al contener más sangre, la piel se calienta, entonces a través de la piel se produce una pérdida de calor y esto disminuye la temperatura interior del cuerpo. Es decir, el alcohol refrigera, siendo muy frecuentes los enfriamientos y las infecciones respiratorias en personas embriagadas.
El alcohol facilita el diálogo:
Algunas personas muy tímidas pueden sentirse relajadas con algo de alcohol. Sin embargo, en la medida en que aumenta la cantidad de alcohol ingerido, las posibilidades de comunicación disminuyen y aumentan las posibilidades de alcoholismo.
El alcohol ayuda a olvidarse de los problemas:
¡Por supuesto que no! El alcohol hace que alguien con muchas dificultades tenga cada vez más dificultades.
El alcohol facilita las relaciones sexuales:
Todo lo contrario, en hombres da lugar a disfunción eréctil (impotencia) y en mujeres a frigidez.
El alcohol no es una droga:
El alcohol reúne todos los requisitos de la definición de droga. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) droga, es toda sustancia que introducida en un organismo vivo por cualquier vía (inhalación, ingestión, intramuscular, endovenosa), es capaz de actuar sobre el sistema nervioso central, provocando una alteración física y/o psicológica, la experimentación de nuevas sensaciones o la modificación de un estado psíquico; es decir, capaz de cambiar el comportamiento de la persona, y que posee la capacidad de generar dependencia y tolerancia en sus consumidores.
El alcohol alimenta:
El alcohol proporciona calorías al cuerpo, pero no es nutritivo ni sustituye a los alimentos necesarios para el crecimiento y la conservación de la salud.
Beber alcohol solo los fines de semana no es de alcohólicos:
Los bebedores de fines de semana se denominan «alcohólicos de fin de semana», siendo una forma de alcoholismo. Esto hace que las personas con «consumos abusivos ocasionales» de alcohol piensen que no son alcohólicos, ya que «pueden dejar de beber cuando quieran», tentativas que normalmente no tienen éxito.